viernes, 14 de octubre de 2011
La tos del Dragón.(relato ficticio)
INFANCIA
No vio de dónde vino, el impacto fue brutal en su cabeza y la sangre brotaba a borbotones. Rápidamente se lo llevaron del recreo y la primera inspección aconsejaba puntos de sutura. Sin saber por qué empezó a toser, no estaba resfriado, su tos era...tenía ocho años...todavía era pronto para saber por qué tosía en determinados momentos.René siempre supo quién le dio con la piedra, sólo le bastó mirarlo a los ojos, nunca le dijo nada al compañero, su mirada le contestó del error cometido.
René se acostumbró a vivir entre sirenas y frenazos, sabía perfectamente cuando subirse a la acera y desaparecer. Caía bien a la gente, solía hacer los recados de los vecinos y chicos mayores, nunca preguntaba nada y siempre aceptaba propina.
En el colegio nunca estudiaba, aprobaba sin esfuerzo, su inteligencia le permitía entender a su maestra con sólo escuchar la primera explicación, le pasaba igual que a Naida, su mejor amiga, otro dragón.
Nunca buscó ser líder, pero tenía carisma, su conocimiento y amplios recursos innatos le hacían diferente.
ADOLESCENCIA
Su época en el instituto estuvo rodeada de pasotismo, su mente trabajaba a la máxima velocidad, pero sin redundar a lo que se le exigía, se mantuvo al margen de las enseñanzas oficiales, cada vez tosía más a menudo y con mayor intensidad.
Sin embargo, sus habilidades sociales aumentaban, seguía siendo un líder natural; René sabía escuchar, era diligente, estaba siempre dispuesto a ayudar, se rodeaba de todo tipo de clases sociales, se movía con rapidez en calles sombrías y con lentitud pasmosa en plazas soleadas y llenas de flores. Era lo que se dice un tipo con recursos.
Con más pena que gloria terminó la enseñanza obligatoria, simplemente se acotó a cumplir con el trámite. Se preguntaba por qué tosía en determinados momentos obligación, pero no tenía respuesta.
EDAD ADULTA
La presión familiar le llevó a terminar dos carreras universitarias y a ocupar un importante cargo de responsabilidad en una multinacional, como se dice, era un tipo con recursos.
Fueron años muy productivos, pero tosía sin parar, se desesperó, buscó miles de remedios, visitó a varios especialistas en la materia...
Un día cuando se dirigía caminando a una reunión, paró en un kiosko a comprar el periódico y se fijó en ella, después de tantos años...era Naida, se le acercó y ella le dijo algo al oído, una respuesta.
En las leyendas orientales los dragones vigilan los cielos, traen la lluvia, son criaturas amables y se le atribuyen cualidades y habilidades como poseedores de una gran sabiduría y conocimiento...pero también tosen.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)