viernes, 13 de mayo de 2011

Matías 2.0 y su instinto paterno.(relato ficticio)III



Sebas se hacía notar , muy espabilado, uno de los líderes de la clase, muy espontáneo y con afán de protagonismo; no era líder natural, ya que su conducta desafiante y con mucha altanería lo hacían estar siempre metido en problemas. Matías desde que cogió el curso lo sentó delante, cerca de su mesa, ya que distraía mucho a los demás, aún así era de los preferidos, le daba mucho trabajo y tenía que regañarle a menudo, pero notaba que esas llamadas de atención eran por algo, como si demandara cariño; Matías todavía no estaba al corriente de que Sebas era adoptado, cuando la madre iba a las tutorías nunca le comentó nada al respecto.

Violeta nunca se recuperó del todo, ni se recuperaría, su conciencia no la dejaba y el tormento vivido con esas llamadas anónimas la minaron por dentro. Se agolparon muchos recuerdos en su mente, imágenes,...pero todavía quedaba más, mucho más.

Matías consiguió localizar el número de teléfono de las llamadas anónimas y haciéndose pasar por un comercial afable, servicial, diciendo lo que querían oír(él tenía cualidades que sabía explotar, hubiera sido un gran vendedor, pero no jefe, sino a quién le haría la pelota), quedó en verse con él en un bar cercano al colegio, le iba a vender un ordenador portátil de última tecnología, por ello acudió con su propio ordenador que de última tecnología tenía poco, pero le compró una mochila último modelo.

Su cara le resultaba conocida, pero no lo encuadraba de momento en un sitio concreto. La conversación comercial dio un giro, cuando Matías tuvo que enseñar el portátil, su fachada de comercial se resquebrajó por completo, pero su traje de investigador lucía brillante. Mirándolo a los ojos le comentó que era amigo de Violeta, que estaba al tanto de las llamadas y que su compañera necesitaba una explicación, ya que lo estaba pasando muy mal.

Matías salió del bar en estado de shock, su cuerpo no asimilaba toda la información recibida y los cambios que le generaban en su cuerpo. Jamás olvidaría la conversación, sólo quería ver lo más rápido posible a Violeta, ahora era él quien necesitaba una explicación: tenía un hijo.

De la relación mantenida con Violeta, ella quedó embarazada, se lo ocultó a Matías y decidió pasar el embarazo fuera y en solitario; a los pocos meses de nacer el niño, Violeta lo abandonó en un hospital. Andrés, su vecino, trabajaba en el hospital y la extorsionó con dinero para que no dijera nada sus padres; ahora después de ocho años quería de nuevo dinero, pero su cobardía había llegado a su fin.

Cómo miraría el lunes a Violeta después de esto; habían tenido un hijo de aquella relación y sobre todo, cómo miraría a Sebas, su alumno preferido, su...HIJO.

miércoles, 4 de mayo de 2011

A Matías no le gusta como caza la perra.(II) (Relato ficticio)



Matías llegó esa mañana al cole y lo primero que hizo fue entrar al despacho de la directora para felicitarla y darle su apoyo por cómo había solucionado el problema de la calefacción con el Ayuntamiento, él desconocía el tema, pero la felicitaba de todas formas(en su apogeo de escarabajo).

Mientras se acercaba a la sala de profesores para coger el cuaderno de firmas, prestó atención a una esquina de la sala donde se encontraban Violeta y otra compañera de Infantil; Violeta traía muy mala cara, como de no haber dormido bien y hablaba casi susurrando a su compañera. Matías pensó:"no me gusta como caza la perra"

En el cambio de clase de las diez, él salía a dar apoyo al tercero de Marga y aprovechó para recordarle a Violeta que a las dos tenían equipo de ciclo para concretar varias actividades sobre el día de la Paz de finales de mes; cuando la avisó desde la puerta, Violeta se sobresaltó, se acercó y parecía como si esperara otro comentario diferente.

Ni ahora ni hace ocho años cuando ocurrió, nadie podía imaginar que Matías y Violeta tuvieron una aventura, fue intensa pero fugaz y aunque ninguno de los dos estaban comprometidos, no terminó del todo bien, aunque si extrañó por entonces que Violeta pidiera un año de excedencia en el curso siguiente, dando pocas y confusas aclaraciones.

Cuando terminaron la reunión de ciclo y se quedaron sólos, Matías no pudo reprimir preguntarle por la llamada de móvil. Violeta le contestó que se metiera en sus asuntos, dio un portazo y se fue a casa.

El investigador que Matías llevaba dentro, (aparte del escarabajo que también tenía), salió a relucir y su maquinaria detectivesca empezó a funcionar.

Por diferentes confidencias( el ser tan pelota es lo que tiene) descubrió que justo después de la excedencia, Violeta empezó a recibir llamadas de un extraño, y que esas llamadas desaparecieron hasta el otro día que volvieron; Matías empezó a atar cabos, pero le faltaba un nudo, el principal, el motivo, por ello se encontraría cara a cara con ese desconocido...(continuará)