lunes, 28 de febrero de 2011
Llamen a Sherlock Holmes
La sesión iba por buen camino, sin muchos sobresaltos, el ambiente tranquilo, tod@s participando...última sesión del día...
Vuelta a la calma,- podéis ir a beber agua, nos sentamos en círculo y hacemos el último juego- Van llegando al círculo, faltan algunos, llegan...SALTAN LAS ALARMAS! la sesión no podía terminar como empezó.
Análisis sobre el terreno:
- alumno A: llega del servicio con su bolsa de aseo totalmente empapada de agua, me dice que algunos compañer@s han estado jugando con su bolsa y que al final se la han mojado.
- grupo de 4 alumnos B: los implicados en el caso de la bolsa empapada, están sentados en el círculo, cruce de miradas con los cuatro, me miran...los miro...ninguno ha sido(¿por qué será que me esperaba esa respuesta?)
- Maestro cualquiera: el que intentará aclarar la situación; queda claro que los cuatro han participado, pero ninguno ha sido el que mojó la bolsa...se contempla la opción de que la bolsa haya cobrado vida y sola se haya mojado porque tenía calor...no, no, la descarto rápidamente porque ese día no hacia tanto calor...
Se pregunta uno por uno con la advertencia de que el maestro tiene el poder de que siempre sabe quién miente(no se lo cree ni el maestro), pero sigue sin ser ninguno.Otra opción echar a suerte quién ha sido...no, no, no sería pedagógico.
Se pregunta a los testigos, -sí, yo vi a 1, otro dice no, 1 no fue, estaba 2, no el que estaba era 3 y 4 juntos...vaya, complicado, complicado el caso.
Pienso en Sherlock Holmes, aquel detective de gran intelecto, hábil uso de la observación y de la deducción. Detective capaz de resolver casos muy complicados. Él seguro resolvía esto en un pis-pas, pero...ni tengo su móvil, ni sé si estará disponible, y en estos tiempos de crisis, creo que el centro no pagaría sus honorarios...así que... yo me encargaré de resolver el caso.
Ante la primera conducta disruptiva primera toma de decisión, y si es al instante, mejor. Es importante que los alumn@s tengan presente que no pueden hacer lo que les da la gana y si se dedican a molestar o faltar al respeto a sus compañer@s, esa actitud tendrá consecuencias negativas.Ell@s saben perfectamente lo que está bien y lo que está mal. Cuanto antes empecemos a corregir estas conductas, antes conseguiremos que ese niñ@ interiorice que existen normas, que a lo largo de la vida siempre existirán normas y que tenemos que aprender a convivir con ello.
Tener cerca un plan de modificación de conducta también nos ayudará en nuestra tarea, y si contamos con la colaboración de la familia pues mucho mejor...y también si estuviera Sherlock Holmes.
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¡jo,jo! El pan nuestro de cada día ¿verdad?. Yo creo que cada uno reacciona según le pille el momento, pero a veces, al salirme por peteneras, como estos cuatro magníficos, he optado por el--- ¿Sí?, ¡pues hala! los cuatro el mismo castigo... Hasta se puede justificar pedagógicamente. Desde enseñar a no asumir los errores de otra persona hasta la omisión del deber de socorro ¡je,je! Ya nos contarás en qué queda el tema
ResponderEliminarHola Profesor, pues se habló con su tutora, padres/madres y sí,llegamos al acuerdo que los cuatro tuvieran el mismo castigo.
ResponderEliminarBueno, eso tampoco está mal, el aprendizaje se multiplica ya que hay cuatro visiones diferentes ...o no. Besitos!
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